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Este es mi primer artículo de opinión sobre temas de tecnología pero con un enfoque más analítico, o digamos un ensayo. Quisiera que fuera un espacio abierto para el intercambio de ideas y debate, así que muy agradecidos serán sus comentarios.

Prefacio

Desde un punto de vista pragmático nosotros como industria, Tecnología de la Información (TI), tenemos el único propósito de crear herramientas para incrementar la producción y eficiencia de otras industrias cliente. Esto confiere sobre nosotros un gran poder debido a que el potencial de cambiar el rendimiento de un negocio, tanto operativa como económicamente, es enorme. Pero no olvidemos: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, Stan Lee. Y en vista de esto yo quiero argumentar que nosotros tenemos por encima de todo la responsabilidad de primero entender aquellos a quienes intentamos apoyar, con el fin de cumplir nuestro propósito. Sin embargo, éste no pareciera ser el principal impulso detrás lo que día a día hacemos.

Terreno Común

Probablemente la forma más fácil de comenzar sea a través de una metáfora que ilustra como nosotros los programadores tradicionalmente interactuamos con el área de negocios:

Un hombre un globo aerostático se encuentra perdido. Ve a alguien y reduce altura para hablarle.

“Disculpe, ¿puede decirme dónde estoy?”

“Está en un globo aerostático sobrevolando a 30 pies sobre el suelo” le responde.

“Usted debe ser un programador” dice el hombre en el globo.

“Lo soy” le responde, “¿cómo lo supo?”

“Bueno,” dice el hombre en el globo, “Todo lo que me acaba de decir es técnicamente correcto, pero no le sirve de nada a nadie.”

“Usted debe ser de negocios” dice el hombre.

“Lo soy” le responde el hombre en el globo, “¿cómo lo supo?”

“Bueno,” dice el hombre, “Usted no sabe dónde está, no sabe a dónde se dirige, pero igual espera que yo pueda ayudarlo. Está exactamente en el mismo lugar en el que estaba cuando me conoció, pero ahora por alguna razón, es mi culpa.”

De igual forma suceden la mayor parte de las interacciones entre nosotros y el área de negocios: absolutamente distorsionadas, infructuosas para todos los involucrados, y completamente desperdiciando un enorme potencial para innovar y crear valor.

La historia intenta resaltar los errores que cometen las personas en la forma cómo se relacionan: sin intentar entender la posición del otro, sin preocuparse por explicar claramente qué esperan el uno del otro, y perdiendo la oportunidad de colaborar en una meta común. A esto lo llamaremos el síntoma de la falta de comunicación.

Con el tiempo la falta de comunicación reduce la disposición del área de negocios en confiarnos sus necesidades, lo cual erosiona nuestra credibilidad como generadores de soluciones. A esto lo llamaremos el síntoma de la erosión de credibilidad.

Estos dos síntomas son los principales factores que previenen la existencia de colaboraciones exitosas. Por supuesto existen otros factores externos, pero vamos a limitar el alcance de nuestro análisis solo a éstos, y los diagnosticaremos a la espera de concluir en una solución práctica.

El Diagnóstico

Nosotros contribuimos directamente con el síntoma de la falta de comunicación con el lenguaje que utilizamos, técnico y preciso para nosotros, pero confuso y sin significado para el área de negocios. La causa de éste síntoma es la tendencia que tenemos a usar “precisión” en vez de “significado” en nuestro lenguaje.

Yo estoy convencido en que nuestro lenguaje es una representación de nuestra percepción del mundo, como lo vemos y entendemos. A su vez, nuestro entendimiento del mundo modela la forma en la que pensamos. Y la forma en la que pensamos nos define, en nuestro comportamiento y en cómo moldeamos las cosas que hacemos. Al fin y al cabo “Somos lo que pensamos”, Gautama Buddha.

Cortesía de MathWorks.com - Título: “Precision y Significado en el mundo real”.
Traducción: En el escenario de la precisión se dice: “una masa de 1500Kgs se acerca a su cabeza a 45,3m/s”,
mientras el escenario del significado advierte: “¡CUIDADO!”.

Da la impresión que estos dos hombres ven al mundo de formas diferentes y probablemente se comportarían de formas muy diferentes en esa situación. La “precisión” es importante para muchas cosas, pero no es particularmente útil cuando nos relacionamos con otros. Aquí es donde la “precisión” se convierte en un obstáculo porque no transmite nada, nos aísla, y sencillamente asfixia la comunicación con el público al que va dirigido. Cuando nos relacionamos con otros la clave es el “significado”, lo que es útil para la gente, lo que es relevante, lo que tiene valor, lo que resuelve un problema, lo que tiene un uso práctico en el mundo real, y a fin de cuentas es lo que transmite algo a nuestro público.

Sin embargo, “significado” es un concepto muy subjetivo debido a que puede variar dramáticamente entre distintos públicos. El mismo hecho concreto puede ser interpretado de formas muy distintas dependiendo en cómo te relacionas con el hecho y cómo te afecta. En el ejemplo, para alguien que se encuentra debajo de un objeto pesado que está cayendo “significado” pudiera ser algo como: “¡CUIDADO!”. Por otro lado, para alguien que esté operando la grúa que sostiene el objecto pesado que está cayendo “significado” pudiera ser algo como: “¡JALA ESA PALANCA AZUL!”. En realidad no estoy seguro de qué color son las palancas en las grúas pero ustedes me entienden: Diferentes acciones necesitan tomarse dependiendo de cómo te relacionas con el hecho, y el “significado” toma en cuenta justamente eso.

Lo que quiere decir que el “significado” no es algo espontáneo, requiere tener la habilidad para interpretar los hechos tomando en consideración el público al que va dirigido. Esto se llama perspectiva, y por definición, perspectiva se trata de “la evaluación subjetiva del significado relativo” y de “la relación entre los aspectos de un sujeto o tema, entre sí y con respecto a un todo”. Cada una de estas acepciones nos ayudará a dirigirnos a uno de los síntomas del problema.

La Perspectiva nos ayudara a dirigirnos al síntoma de la falta de comunicación ya que nos permitirá traducir la “precisión” a su correspondiente “significado”, relevante y adaptado al público al que va dirigido de manera que sea fácil de entender y útil.

La Perspectiva también nos ayudara a dirigirnos al síntoma de la erosión de credibilidad ya que nos permitirá visualizar nuestra posición y la del negocio dentro de un todo, no como ambientes dispares, sino como un completo, complementario, colaborativo, y orgánico todo. Y es en ésta amplia visión de nuestro rol donde podremos ser lo más proactivos y provechosos, no siendo parte del problema sino parte de la solución.

Perspectiva: una elección personal

et2et5Cortesía del diseñador gráfico alemán Axel Peemöller

Las imágenes son de un proyecto muy interesante creado por el diseñador gráfico alemán Axel Peemöller, en el “Eureka Carpark” en Melbourne, Australia. La idea es presentar un sistema de navegación visual que jugara con la perspectiva, creando el efecto de señales de dirección flotando en medio del espacio. Lo relevante para nosotros es que desde cerca solo se logran ver inconsistentes líneas de colores, sueltas y torcidas, sin ninguna aparente coherencia. Es únicamente desde cierta distancia y en el ángulo correcto, por ende en cierta perspectiva, que se logra apreciarlo como un todo.

Siempre me ha parecido fascinante cómo el arte logra presentar de forma tan exacta fenómenos tan complejos, y además usarlo como argumento para revelarnos una debilidad de la percepción humana. Oscar Wilde lo planteó mejor cuando decía: “La vida imita al arte mucho más de lo que el arte imita a la vida”. Así que de alguna manera, nuestro dilema está exactamente representado y explicado por esta obra de arte. ¿O viceversa? No estoy seguro, pregúntenle a Oscar.

Entonces, ¿por qué ya no me llamo un programador? Porque no lo soy. Programar es una tarea muy específica dentro de todo lo que yo hago, una tarea muy importante pero no la única. También tengo que enviar correos pero no me hago llamar “Oficina Postal”, ni nada por el estilo, ustedes me entienden. El problema con la programación es que se acerca demasiado al detalle, y a ese nivel no logramos ver el panorama completo. Sencillamente no lo vemos. Así que naturalmente, las ideas y soluciones que producimos a ese nivel no son las mejores posibles, y lo más seguro es que no apliquen a las otras partes del todo. No generamos soluciones integrales y por ende no logramos resolver el problema desde la raíz.

Una vez que entendí los beneficios que se pueden alcanzar al introducir perspectiva en la ecuación y tomé la decisión personal de cambiar, pasé a ser otra cosa, algo más amplio en concepto y en entendimiento, comencé a ver la arquitectura.

El “Arquitecto de Software” no es un cargo al que te pueden ascender, es más una decisión personal que se debe tomar en asumir un rol, una forma de pensar, una forma más amplia y ambiciosa de ver las cosas, que conlleva mucha más responsabilidad y compromisos, pero que puede también conducir a grandes logros. Es por eso que todos debemos esforzarnos por pensar como “Arquitectos de Software”. Así que sigue mi consejo, y haz como yo, sal del detalle y ve el panorama más amplio, no seas solo un programador, depende de ti.